quarta-feira, 27 de novembro de 2019

LABERINTO PERSONALIZADO. 28 a 35 años:



 LABERINTO PERSONALIZADO. 28 a 35 años:


     -“Desde los 28 a los 35 años se vive el segundo período de la juventud, bien es verdad que con muchas correcciones sobre el ritmo y el rumbo del período anterior, después de que las ilusiones se confrontaron con la dura realidad social– dijo Donnon con una sonrisa melancólica.-

     -Es un período de encajarse en ella, en la realidad social tal como es, es tiempo de encontrar con sensatez el propio lugar y utilidad en el mundo, de asumir importantes decisiones, tareas, compromisos, misiones, que obligan a drásticos cambios de actitud ante la vida. Para muchos, el momento de comenzar a crear una familia o una empresa con los pies bien puestos sobre la tierra.

     -Coloca una paletada de tierra abonada o una piedra por cada vez que recuerdes que huiste de enfrentar un cambio, un nuevo camino, una tarea, un encuentro transcendental o una misión en tu vida cuya conveniencia y necesidad tu Voluntad ya había aprobado.

     Pregúntate qué temores tuyos sabotean tu poder de Real-ización, es decir, tu Voluntad de izarte o alzarte a tu Realidad. Coloca una piedra por cada uno que descubras.

     Coloca una piedra por cada actitud repetitiva tuya que te lleva a chocar, criticar, menospreciar, juzgar, condenar, impacientarte o sentir rechazo hacia otra persona.

     Pregúntate que debilidades tuyas te irritan tanto cuando te ves reflejado en el espejo de los otros. Coloca una piedra por cada creencia, prejuicio, juicio o desconfianza tuya que repetidamente te lleva a ver negatividad en lo que hacen o dejan de hacer los demás.


     Coloca una piedra por cada vez que huiste, te enojaste, te ofendiste, te esquivaste o te cerraste cuando no quisiste escuchar una verdad que exigía reconocimiento y propósito de cambio, dicha por una persona que te apreciaba.


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     -En este período que llega hasta los 35 años ya debería haberse desarrollado una emocionalidad más madura y menos egoísta, adecuada para criar familia o dedicarse a una vocación de servicio.

     Piensa bien, mientras recorres y cultivas tu laberinto personal, en cómo ha sido para ti esa edad y como es hoy tu salud y equilibrio emocional. Qué es lo que todavía necesita ser calmado o curado en tu emocionalidad.

     Recuerda las veces en que te has dejado alterar y hasta derribar emocionalmente, o aquellas otras en las que tú mismo has lanzado una tormenta emocional sobre otros.

     Piensa a qué tienes más miedo, qué es lo que te produce mayor temor y preocupación, y como desestabilizas a los demás y a ti mismo cuando proyectas eso.

     Examina lo que es para ti la desconfianza y la confianza, en relación a demás, a ti mismo y a la vida”.-










28- LOS INMIGRANTES DE ASIA MENOR


Ante un panorama de tal dureza como el que se les venía encima con el avance de los aqueos, el rey jonio Tmolo, un hombre sabio que podía prever el futuro, preparó a su pueblo para el desapego de lo conocido, les animó a tener el coraje para fundar una nueva sociedad y se anticipó prudentemente a emigrar a Lidia, con aquellos de sus súbditos que aceptaron sus profecías. Su flota cruzó al Asia Menor, al otro lado del Egeo. Allí comenzó a crecer, a partir de cero, la Jonia Lidia.

A quienes le preguntaban por qué no se había quedado a defender sus antiguos territorios, contestaba que más fácil y sabio edificar algo nuevo que intentar reformar lo que porta consigo todos los hábitos de lo que ya no más puede sostenerse.

Mientras tanto, en la península griega, los reyes-sacerdotes que se habían quedado, consortes de las reinas-sacerdotisas, como Tántalo, hijo de Tmolo, y los nietos de Éolo, Salmoneo, Eetes y Sísifo, intentaron una última resistencia contra el maremoto patriarcal, pero los aqueos los arrollaron, vencieron, humillaron y mataron...

Únicamente se salvó el famoso Eetes, porque estaba buscando mercados en la lejana Cólquide, habiendo dejando a Sísifo como regente de su ciudad… hasta que los patriarcalistas lo eliminaron.

Entretanto, a pocos años de comenzado su exilio, Eetes consiguió convertirse, gracias a buenos matrimonios y a su inmensa valía como estadista, en el dirigente indiscutible de aquel remoto pié del Cáucaso donde en el pasado remoto se había iniciado la expansión hacia Europa de la Raza Ariana… hasta que vosotros los argonautas, impulsados por Pelias, que lo odiaba por motivos personales bien mezquinos, fuísteis a arrancarle el Vellocino, que era el emblema ancestral, bien merecido por aquel país, de aquella expansión y, junto con él, le arrancasteis a sus desgraciados hijos.-

Orfeo suspiró, percibiendo de repente la verdadera y vengativa razón por la que Jasón había sido enviado por su manipulador tío al extremo del Mar Negro. No era agradable escuchar la versión de su gloriosa aventura juvenil contada por el bando que había resultado perjudicado por ella.

-Los que habían emigrado a tiempo con el previsor Tmolo a Lidia -siguió contando Arron sin resentimiento-, construyeron una ciudad magnífica y luego crearon una federación de ciudades jonias y eolias independientes en todo el litoral de Asia Menor, que se convirtieron, sobre todo las jonias, en verdaderos centros culturales, como Mileto, Éfeso y Focea, en la costa, de donde hemos partido nosotros, y Chío y Samos en las islas.

-¿Y los tirsenos, comandante? -preguntó Orfeo, un poco cansado de tantos antecesores y queriendo llegar a él mismo- ¿De dónde fue que salieron?

-Pues el mito cuenta que Tiro, hija de Alcídide y del eolio Salmoneo, uno de los reyes que resistió a los aqueos, fecundada por Poseidón, fue la madre de dos pueblos de grandes navegantes: el de aquellos que se establecieron en el litoral semita de Canaán, se juntaron con marinos sidonios y fundaron la ciudad de Tiro, a quienes también se les llama fenicios, que ahora son nuestros principales competidores, y el de los Tirrenos o Tirsenos, que emigraron a la costa occidental de Asia Menor, que fundaron las ciudades de Tyrrha y Thyrsa, y que se mezclaron e integraron muy bien con los jonios de Tmolo y con todos los pueblos que había por allí.

-¿Y cómo es Lidia y los nativos de ese país que tan bien acogieron a los jonios y eolios exiliados?

- Acogieron... tú sabes como son esas cosas, Orfeo: los comerciantes hábiles empiezan por establecer un emporio comercial en la costa de un país y luego, poco a poco, acaban por dominar su economía y por imponer sus costumbres... eso fue lo que ocurrió con nosotros en Lidia. Los nativos lidios del interior son medio semitas o acadianos al sur, como sus vecinos carios y fenicios y, al norte, medio frigios, es decir, arios, como los otros vecinos, meonios, troyanos y tracios.

Lidia está situada en la mejor confluencia para el comercio mundial. Tiene enfrente el golfo de Esmirna, de donde se sale para la florida Samos, Mileto, Icaria y las Cícladas, un rosario de islas que forman un puente hacia los puertos peninsulares: Atenas, Áulide, Micenas y Tirinto... o hacia el cabo Malea, Creta y las rutas que van hacia el lejano Occidente.

-¿Hacia Occidente? -preguntó Orfeo, interesado.

-Hacia Occidente –confirmó el comandante-.Los jonios de Calcis, emigrados hace mucho desde Eubea, y establecidos cerca de tu país, Tracia –continuó, trazando en el aire un mapa imaginario-, contrataron a los excelentes marinos de la isla de Samos, y fueron los primeros griegos que, en tiempos más modernos, volvieron a navegar hacia Italia e Iberia, recuperando las antiguas rutas cretenses. Y más tarde, otra vez aliados con sus primos de Samos y los focenses.

-Yo tuve un compañero argonauta samio, el pequeño Anceo- recordó el bardo-. Y también había un focense... el gran nadador Eufemo de Tenaro, que nos salvó un par de veces de la persecución de las naves colquídeas.

-Los focenses son hijos de la dificultad y eso los hará algún día un gran pueblo fundador de colonias hasta en el remoto Océano -aseguró el tirseno-. Su hogar europeo era la montañosa e improductiva Fócide, donde está el Santuario de Delfos, cuyos primeros habitantes eran los lélegos, que fueron empujados por las invasiones al centro de Grecia. Allí se integraron tan bien con los jonios que luego se vinieron con nuestros padres al Asia Menor.

Ahora su colonia asiática principal crece y crece, con el nombre de Focea, en la península que está más al norte de la Jonia Lidia. Son magníficos marinos... y dicen las malas lenguas que también famosos piratas... los cuales, por cierto, conforman la mitad de mi tripulación actual. Pero no tengas miedo, Orfeo, porque yo sé dirigirles como les gusta y mantenerlos en disciplina, y así consigo que salga hacia afuera lo mejor que hay en ellos.

Los jonios de Calcis y Samos llegaron, pues, a Italia –siguió-, modernizaron los asentamientos que fundaron los cretenses en el sur y fueron los primeros en controlar con emporios los mercados de Etruria, haciéndose amigos de los belicosos sardos, que dominaban la región. Ellos permitieron y facilitaron a los otros jonios y eolios el paso por el estrecho de Scylla, en Sicilia, que es por donde nosotros iremos ahora, para no tener que aventurarnos a través de zonas controladas por las galeras de guerra fenicias, procedentes de islas que fortificaron, Ortygia, Mozia y Malta... o de un enclave que han situado en la punta del litoral africano, Útica. Desde tales bases piratean toda nave pelasga o griega que encuentran, puesto que esos buitres marinos tratan de ir convirtiendo el Mediterráneo Occidental en un mar reservado al tránsito exclusivo de sus propios buques.

-¿Hay, pues, peligro de ser atacados por los fenicios? -preguntó Orfeo con un deje de preocupación.

-Siempre lo hay, por eso vamos en un convoy de tres naves bien armadas, para protegernos mutuamente, éste es un oficio para guerreros -respondió el tirseno desde su ecuanimidad-. Los fenicios dominan la antigua ruta norteafricana hacia Iberia y ya no nos dejan usarla como antes. Así que nosotros, junto a los demás jonios y eolios, patrullamos y defendemos la que va de isla en isla por la costa norte del Mediterráneo, hacia las bocas del Ródano. La competencia se ha hecho tan dura que estamos estudiando la posibilidad de desarrollar muchas galeras de guerra de veinticinco remos a cada lado, como ésta y, si es posible, de más, a fin de conseguir el máximo de velocidad, aunque el viento no ayude.

-…Pero te estaba contando lo que ocurrió cuando los míos llegaron a Lidia, huyendo de los aqueos... –retomó el hilo de su narración el comandante-. En aquella caótica época del exilio jonio y eolio a la orilla asiática del Egeo, igual que ocurrió muchas veces antes en la historia, unos pueblos desplazados tuvieron que buscarse la vida, como desesperados sin patria, desplazando a otros. Eso es lo que había sucedido ya con la mayoría de los pelasgos peninsulares y con la clase dominante cretense, tras la destrucción de Knossos. En verdad, ellos contribuyeron mucho a hacer de Lidia, de Caria y de Licia, países cultos y refinados.

Cuando el litoral de Asia Menor ya estaba desbordado por la segunda ola de emigrantes, aquella en la que llegaran mis ancestros, apareció en sus naves la tercera, formada por los jonios, eolios y pelasgos que se habían quedado en la Hélade, por apego a lo conocido y temor al cambio, pero que ya no aguantaban más la tiránica dominación de los aqueos, quienes los estaban convirtiendo en ciudadanos de segunda categoría, al tiempo que acababan con la antigua religión de la Diosa... El inicio de esta tercera ola fue pacífico y hasta tuvieron una buena acogida, dentro de lo posible, en un país sobrecargado de refugiados. Pero después sólo llegaba gente quemada por el sufrimiento, muy resentida y violenta, imposible de integrar, que se buscaba la vida con la espada en la mano. Esos causaron verdaderas devastaciones y rapiñas sin fin.

Durante un terrible período de carestía que duró dieciocho años, nuestro pueblo tuvo que decidir dividirse en dos partes, los que se quedaban en Lidia, los más fuertes y bien establecidos, comandados por quienes habían hecho caso a Tmolo… y aquellos que no tenían más remedio que emigrar de nuevo. Mis padres, junto con otros muchos marinos empobrecidos, abandonaron el congestionado, competitivo y vulnerable país, dispuestos a hacerse con un lugar para vivir donde fuese posible. Dirigidos por un príncipe llamado Tirsenos, hijo del rey lidio, se fueron a Esmirna, construyeron barcos y buscaron donde establecerse...Y se les ocurrió aceptar una alianza con los licios, con los isleños de Cerdeña y con otros “Pueblos del Mar”, que intentaron y consiguieron tomar por la fuerza una parte del litoral palestino, donde formaron los principados filisteos del sur.

 Desde ellos, atacaron sin éxito a los fenicios, y luego hasta se aliaron con los libios y se atrevieron a ir contra los egipcios, aprovechando que estaban divididos por luchas religiosas. Los tirsenos, junto con los sardos, logramos mantener, a costa de muchos sufrimientos, una cabeza de puente durante unos meses en el delta del Nilo, donde los nativos ya nos llamaban “Turuscha,” pero por fin fuimos duramente rechazados por un faraón bien guerrero y, los pocos que sobrevivimos, ya ni se nos ocurrió volver a la vulnerable Filistea, que aguardaba la venganza del faraón triunfante, ni insistir en que nos admitieran, fracasados como estábamos, en la abarrotada Asia Menor.

 -Los supervivientes tirsenos y sardos de Egipto, compañeros de derrota, navegamos más allá de Sicilia, hasta la isla de nuestros aliados, Cerdeña. –recordaba Arron con una sonrisa melancólica-. Allí estuvimos una temporada, pero, aunque nos compadecían y ayudaban, es muy difícil integrarse con isleños que siempre lo verán a uno como extranjero y había mucha malaria, así que les pedimos que nos dejasen establecer una pequeña colonia en la porción de península Itálica que ellos tenían enfrente, Etruria, en el centro-noroeste de Italia, prometiéndoles ser sus centinelas en aquella parte del continente, contra intentos de invasión de su isla por otros pueblos.

Fue de ese modo que conseguimos pacíficamente, por medio de una negociación, un pedazo de litoral que los sardos habían ocupado desde mucho antes. En aquel territorio, regado por el Umbro, fundamos el emporio llamado Tirsenes (que empieza a ser conocida también como la ciudad de Tirrena). Desde aquel centro del Mediterráneo, comenzamos a comunicar el Oriente con el Occidente. Así fue nuestro asentamiento en Italia. En otro momento, si quieres, Orfeo, te podría contar el que hicimos en Iberia.







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LABERINTO PERSONALIZADO. 35 a 43 años:



     -“Llegar a los 35 años, para la mayoría de los seres humanos, significa llegar a la mitad del tiempo de su encarnación, aunque los ilusos suelen pensar que eso se dará a los cincuenta –dijo aquella noche el instructor del Laberinto junto al fuego, con maliciosa sonrisa galaica-. 35 años es la mitad del ciclo de 70 años, en los que, en nuestra época, un hombre ya es un anciano muy anciano, en realidad, un raro superviviente, aunque dicen los doctos que la longevidad media irá alargándose en el futuro.

     La mayoría de las mujeres ya han sido madres, una o varias veces. Para ellas, tener hijos después de los 35 significa asumir un gran riesgo.-

      -Podemos hacer una celebración especial al llegar a la mitad de la vida y a la primera edad en la que uno se puede reconocer como adulto, lo que significa plenamente responsable de sí y hasta de otros que dependen o pueden depender de él:

     En el centro del Laberinto levanta una pirámide de grandes piedras con aquellos de tus mayores defectos que te hacen sentir deprimido, inmaduro e infeliz y, sobre ella, alza un monumento escultórico y floral, a aquellas de tus virtudes que te hacen sentir más pleno, adulto y feliz.

     -Cuando me avises que ya está todo hecho, esa misma noche encenderemos una hoguera bajo las estrellas… si se viese que va a hacer buen tiempo. De no ser así, esperaremos. Ve preparando una buena velada musical para entonces, por favor.-

      -Tómate tiempo para este ejercicio y no dejes nada importante sin marcar y sin sanar, amigo mío, aunque tengas que recorrer todo el laberinto mil veces. Más vale concentrarte en eso ahora, a plena voluntad y consciencia, que tener que regresar a hacerlo, desde la inconsciencia de la infancia, durante muchas reencarnaciones.


     Tómate tiempo y no dejes nada sin marcar y sin sanar, amigo mío, aunque tengas que recorrer todo el laberinto mil veces. Más vale concentrarte en eso ahora, a plena voluntad y consciencia, que tener que regresar a hacerlo, desde la inconsciencia de la infancia, durante muchas reencarnaciones”.-











29- COLONOS GRIEGOS EN IBERIA


     -Cuenta, cuenta ahora, por favor, comandante Arron, quiero saber todo lo posible sobre ese tenebroso País de los Muertos, a donde me dirijo.

     -De tenebroso nada, hombre, Iberia es una tierra bien luminosa, sobre todo el levante y el sur, donde está Tartesós, su más importante reino... En el pasado, la dinastía Minos había ayudado a los carios, nuestros posteriores vecinos en Lidia, a quienes respetaban mucho, a establecerse en una isla situada en la doble desembocadura del río Betis, donde estaba el puerto más rico en intercambios del Sur de Iberia. Así que, en la época de mi padre, también nosotros nos las habíamos arreglado para conseguir, por intermedio de ellos, que los reyes ibéricos nos cedieran terrenos para construir un depósito seguro para nuestras mercancías.

     Nuestra primera factoría, un simple almacén fortificado, se llamaba Mainake y estaba muy lejos de los mejores mercados pero, para la segunda, conseguimos que nos cediesen terrenos justo enfrente de su capital, situada en la isla interior de la desembocadura del rio Tinto o Híbero, Erytia (a la que los griegos llamábamos Erytheia). Nuestro nuevo emporio se llamaba Tursha y se encontraba en una larga lengua de arena exterior, cerca de la isla del León, Gádir o Cádiz, donde los fenicios también habían construído su propia factoría.

     Del modesto emporio Tursha, cuando se agrandó, salió el nuevo nombre de Tarssit. Y luego, ya que pocos navegantes eran capaces de pronunciar la denominación indígena, se extendió a Tartessós para toda la ciudad, nombre que se fue popularizando a medida que fuimos asentando allí a más y más jonios-eolios-tirsenos procedentes de la desgraciada Lidia.

     -Desgraciada ¿por qué? -preguntó Orfeo.

     -...Porque si los emigrantes-invasores jonios y eolios que llegaron a Asia y Egipto sólo eran unos desplazados que apenas buscaban un sitio en el mundo, los actuales saqueadores de Asia Menor son puros piratas, comandados en la sombra por los voraces aqueos, a quienes todavía no les interesa aparecer directamente como invasores ante los troyanos. Ya te dio el rey Laertes noticia de las devastaciones causadas en Frigia por el micénico Atreo. ¿No es así? Pues fui yo quien le informó, a través del rey Alcínoo. He visto las ciudades más cultas y refinadas del litoral de Anatolia expoliadas e incendiadas por esos brutos y a los prisioneros supervivientes, gente que valía mucho más que ellos, convertidos en esclavos... o en ciudadanos de segunda categoría, si sus conocimientos eran imprescindibles.

      ...Y acabarán tratando de apoderarse también de la rica Troya, ya lo verás , como intentó Hércules en la destructiva razzia que hizo…aunque tuvo que irse cuando los troyanos del interior reaccionaron y contraatacaron en buen número. Y me temo que detrás de los aqueos, cuando ya se hayan acomodado a la civilización, llegarán algún día al Egeo sus parientes de Iliria, los dorios, bastante más bárbaros que ellos, o surgirá en Mesopotamia un nuevo imperio conquistador que intente dominar Asia Menor...

      Quien anticipa el futuro, como Tmolo fue capaz de hacer, ya está viendo que grande, muy grande, va a ser la próxima desbandada de refugiados en esa antigua y sufrida Anatolia, madre o anfitriona amorosa de tantos pueblos, igual que la Gran Diosa que allí se cultúa, y será pronto. Así que muchas de esas personas confían en el buen éxito de nuestra misión.

     -¿Y puedo saber qué misión es esa, comandante? -preguntó el bardo.

     -Yo represento a un grupo de cultas familias de toda la Jonia Lidia que me han encargado explorar las costas de Occidente, con el objetivo de buscar algunos lugares adecuados donde poder vivir en paz y prosperidad, sin tener que aguantar la superpoblación y las sucesivas invasiones de bárbaros que se están preparando para caer sobre el centro del mundo civilizado. Nuestra misión es encontrarlas a lo largo del litoral de Iberia, crear algunas pequeñas factorías de intercambio con los nativos y mandarles luego aviso para que puedan establecerse en ellas.

     -¿No les gusta Italia? ¿O la tal Tartessós?

     -Claro que les gustan, pero Tartessós ya está suficientemente colonizada. Sobran tirsenos allí... Y todavía hay tanta gente en Lidia que desea salir de aquel agobio, que los de la Etruria itálica, antes de sobrecargarse de refugiados y conseguir, con ello, que sus vecinos nativos, los peligrosos Latinos, se sientan invadidos por extranjeros y reaccionen en contra, preferirían ir creciendo con discreción y mandarlos a llevar el fuego sagrado del templo de Atenea a tierras vírgenes, con lo que se convertirán en los héroes de sus futuros pueblos... Iberia será el lugar ideal para eso durante los próximos cien años. Sólo viven allí, a excepción de los tartesios, tribus muy atrasadas que están en perpetua guerra entre sí. Necesitan a alguien que les haga el favor de pacificarlos y civilizarlos.

     -Conozco esas palabras -dijo Orfeo-, son las que han justificado todas las invasiones, desde el principio de la historia.

     -Bah, nosotros no pretendemos invadir a nadie, sólo negociar la fundación de algunas factorías protegidas en las que comerciar con los nativos y en las que podamos ir estableciendo a los pobres lidios... El problema es que los fenicios también andan detrás de lo mismo, ya que su tierra es lugar de paso y campo de batalla inevitable para todos los invasores y quieren fundar una Nueva Canaán en el Mediterráneo Occidental... Así que el futuro será de ellos o nuestro.-

     Después que Arron expusiera sus planes, Orfeo, viendo que se encontraba ante un hombre de honor, serio y determinado, aunque demasiado convencido de la superioridad cultural de su patria, le confió los suyos y le rogó que le llevara como ritmador de las cantinelas de los remeros de su barco.

     Aunque le pareció que sólo perseguía una quimera, el comandante jonio quedó bien impresionado por aquel fino y culto tracio con tan buenas referencias y recomendaciones, evidentemente un noble, que tan sólo se diferenciaba del más civilizado de los griegos en aquel pequeño tatuaje de tres círculos concéntricos en mitad de su frente, el cual delataba, sobre sus claros ojos nórdicos, su pertenencia a un país aún semibárbaro.

     Así que lo aceptó y le dio la bienvenida a su nave de cincuenta remos, con mascarón de proa en forma de caballo alado, que se llamaba “Tursha”, como era de esperar. Al amanecer del día siguiente, la flotilla zarpó de Corcyra y atravesó el estrecho de Otranto, costeando luego el calcañar de la bota itálica hasta el espléndido puerto natural de Tarento, donde cargaron telas de lujo teñidas con una buena imitación de aquellas tinturas púrpura que dieron su nombre a los fenicios de Tiro, ya que fenicio significa, precisamente, "rojo" o "púrpura".



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LABERINTO PERSONALIZADO. 43 a 49 años:



     -De los 43 a los 49 años ya se debería estar viviendo el segundo período y el más pleno y responsable de la edad adulta. La mayoría de los hombres y mujeres tienen como nuevos profesores a sus hijos en ese ciclo. Los hijos obligan a replantearse todos los conceptos. Ellos son implacables para denunciar lo obsoleto y para rebelarse contra lo que ven que no funciona.-

Donnon acababa de recorrer el corto trecho que separaba el comienzo de la segunda voluta del Laberinto de la Estación 90, a partir de la cual, el sendero y los macizos continuaban intocados y medio tomados por las hierbas silvestres.

    - …Continúa sin hacer, todavía, modificaciones más allá de la Estación 88, Síntesis, pero es claro que esa síntesis de toda tu caminada anterior, más de media vida, ya debe estar bien clara y definida antes de llegar al final de este ciclo, en el que tu juventud oficial acaba, aunque te deseo que la juventud de espíritu te dure hasta la muerte.











30- EL COMERCIO COLONIAL


A los pocos días, se preparaban ya las tres naves para cruzar otro estrecho mucho más peligroso, el que separa la punta de Italia de la fértil Sicilia, en cuya entrada se alza el volcán Etna, como dividiendo el Mediterráneo en dos partes: el Mundo Civilizado y la Tierra Incógnita Occidental.

-No debes fiarte de nada de lo que te quiso contar un fenicio -aseguró categórico el comandante cuando Orfeo, aprovechando que el buen viento hacía innecesario remar, le hizo comentarios discretos, neutrales y contenidos sobre los viajes de Beleazar por el Océano para sondear hasta que punto los griegos tenían conocimiento de ellos-. Esos tirios, sidonios y biblitas están más cerca del pirata que del comerciante. Acostumbrados a ser siempre deshonestos, hasta llegan a tragarse las propias mentiras que un día inventaron. Ellos presumen de haber sido los primeros en llegar a Tartessós, o dicen que fueron los cretenses, pero en la jonia Samos se sabe muy bien que el primero que llegó fue Nidácrito, quien, arrojado allí por una tempestad, vendió tan bien su cargamento a los íberos, a cambio de plata, estaño y oro, que volvió rico a su isla y no tuvo necesidad de navegar, sino por placer, en el resto de su vida.

-Pero... ¿Es cierto que existen países en el remoto Océano, más allá de Tartessós? -preguntó Orfeo.

-Claro que sí, yo he navegado personalmente desde Tartessós hasta ellos. El periplo dura, con buen viento, unos veinte o veintidós días viajando sin parar. Tras el cabo de los Conios se costea la costa occidental de Iberia, que los indígenas llamaban Oestrymnis y nosotros Ophiusa, o Tierra de Las Serpientes, porque ese es el tótem más frecuente entre sus tribus. Ahí se puede obtener estaño y plomo de los galaicos, a cambio de cérámicas decoradas, sal y objetos de cobre. Después se dobla hacia el este y se sigue la costa norte de Iberia hasta el interior del Golfo Galático y hasta el cabo de Afrodita.

Luego, navegando a lo largo de la costa occidental de la Galia, se llega a la Armórica, el país de los Oestrymnios del Norte (que seguramente se llamará así porque fue colonizado algún día por los del sur), quienes son navegantes audaces de raza acadiana-ligur. El suyo es el primer país donde hay mercados costeros en los que se encuentra bien abundante y barato el estaño. Yo estuve allí cuando era más joven, llevando a un piloto galaico por guía. Y más al norte, parece ser que hay otras islas estañíferas. Y también la tierra del ámbar.

-¿Y ese lejano norte es un buen país para colonizar?

-Más al norte de la Galia está bien para comerciar, para obtener productos a poco precio ¡pero de ninguna manera para vivir allí...! Después de haber recorrido una buena parte del Océano, tanto hacia el Norte como hacia el Sur, a mí me parece que el litoral del Mediterráneo es el único lugar bueno para vivir del mundo... hacia el norte es demasiado lluvioso y frío, y hacia el sur demasiado seco y desértico. Serán siempre países tristes y salvajes, no les veo mucho futuro... Los habitarán los ignorantes y los cobardes, los que se conforman con lo único que conocen o los que no se conforman, pero no tienen agallas para agarrar una espada, como hicieron mis antepasados griegos, o los tuyos, tracios, o como estamos queriendo hacer nosotros ahora, para ir a conquistar un sitio agradable y próspero al sol y salir del frío y de la pobreza, o de la angustia y el hacinamiento... ¿Quieres saber, Orfeo, si un país es bueno para vivir en él? Es muy fácil: donde se dan suficientemente bien las uvas como para que se pueda hacer un buen vino, siempre es un buen país para vivir el hombre. Los demás países sólo son buenos para los osos o para los camellos.-

-¿Y como es Iberia, el país de los muertos?

-Es un país muy grande, cálido, boscoso, montañoso con algunas mesetas en el interior, abundante en buenos metales, oro, plata, plomo, hierro, cobre y también esparto, lino, lana, pieles, miel... En Tartessós se vende estaño, que traen por tierra del Noroeste, pero como sale realmente barato es yendo directamente a buscarlo al puerto de los Galaicos Ártabros... y hay toda clase de pueblos en Iberia, pero ninguno de ellos, que yo conozca, tiene nada que ver con los muertos... son, más bien, muy vitales, orgullosos, hospitalarios, generosos, comunicativos, alegres, más cuanto más al sur, que es bien soleado y mucho más civilizado que el resto de la península. En Tartessós se vive muy bien, es una verdadera ciudad, con todos los servicios. Además hay allí unas mujeres hermosas y calientes, que danzan mejor que las egipcias y las cretenses, y buenos templos de prostitutas sagradas, que salen baratísimas para nosotros.

-¿De qué manera conseguisteis permiso de los nativos para fundar allí una factoría?

-La clave para hacerse rico allí es ir a hablar discretamente y en privado con algún jefe local, uno influyente, que controle los excedentes de la producción de su gente, y ofrecerle el papel de agente intermediario entre nuestras mercancías y sus paisanos…Y darle mucho a crédito, mucho, endeudarlo, hipotecarlo, atarlo durante veinte años a nosotros, enviciarlo a él y a su mujer y a sus hijos, en el uso y disfrute de nuestros productos mejores, comenzando por el vino. Por la cuenta que les tiene, cuidarán de nuestros intereses, que serán los suyos, se civilizarán y en poco tiempo desearán vivir como vivimos nosotros y temblarán ante la sola idea de que su status peligre, con lo que siempre nos serán fieles.

Ellos serán el escaparate, envidiado por todos, de nuestras mercadurías, y convencerán a las gentes de su pueblo, con su sola apariencia y modelo, de que necesitan comprar todas las cosas que nosotros vendemos, para ascender desde la condición de las bestias a una existencia digna.

-Pero eso mudará totalmente los valores de sus propias culturas... -arguyó Orfeo.

-¡Bah! Fuera de Tartessós, no se puede llamar cultura a lo que esos bárbaros tan elementales tienen. Hay que enseñarles a vivir decentemente y a que piensen y vistan como nosotros, a que abandonen el bandidismo tribal y se organicen como naciones, a que aprendan a trabajar de una manera puntual, eficaz y constante, a que respeten sus compromisos comerciales... Es toda una labor civilizadora ingrata y lenta, desde la pura base, igual que se enseña a los niños, Orfeo. Al principio les llevábamos cosas lujosas, como manufacturas en marfil, pero no sabían apreciarlas. Sin embargo, quedaban deslumbrados, sobre todo las mujeres, ante simples cuentas brillantes y coloridas de vidrio...

Tras el deslumbramiento, que es la introducción, hay que empezar ofreciéndoles vino, luego sal, aceite de oliva y frutas, si dispones de ellas. Y, por supuesto, convidándoles a probar las más simples recetas civilizadas para comer con gusto, para que nos compren nuestros productos, ya que ellos sólo saben comer y beber como bestias los alimentos salvajes y gratuitos que les da la naturaleza circundante, y son tan tierra-tierra que sólo pagan bien por satisfacer la barriga, el sexo y la vanidad.

... Y en la misma venta les puedes ofrecer cacharros de cocina y los objetos más comunes y vulgares que debe haber en toda casa. Pero, como tarde o temprano, sus artesanos los imitarán, es fundamental estar atentos a cambiar el diseño en cada temporada y a renovar, poniendo de moda cada vez una chuchería diferente, sobre todo perifollos femeninos, diciendo que son “Lo que se lleva ahora mismo en Grecia o en Egipto”. Y todos desearán comprarlo a buen precio, para no ser menos que su vecino... El vino ayuda mucho a convencerles. El vino cretense, que antes fue egipcio, prendió muy bien en nuestras factorías en aquellas tierras.-




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LABERINTO PERSONALIZADO. 49 a 56 años:


Tiempo después, luciendo una bella tarde en el Cabo de la Nave de Hermes, Donnon apreciaba junto mí, con su mejor humor galaico, las pirámides de piedras y las esculturas que habían crecido al lado del sendero de mi laberinto, al final de cada estación.

     -Tu caminada hasta el momento presente ya se ve muy saneada, amigo mío –dijo-. Las estaciones de tu laberinto que corresponden a tus ciclos de edad se ven limpias, bellas, radiantes en su conjunto, sintetizadas. Tu huerto-jardín también se ve muy bien, tu estudio ha dado muchos frutos, flores y monumentos. Espero que tengas ahora claro lo que ha sido importante en tu vida y aquello otro que sólo ha servido para distraerte de lo esencial, o sea, para sabotear tu realización, tu real-hacerte o re-asumir lo que en verdad eres.

     A los 49 años se acabó la juventud oficial (no la de espíritu, por favor), y se inaugura el primer período de la edad madura. Madurecer significa dar frutos. Al entrar en esa edad, un ser evolutivo, sobre todo si es mujer, ya tiene que haber hecho aportaciones considerables para mejorar la especie humana y el mundo que heredó de sus padres. Si lo hizo, ya su vida valió la pena y se puede centrar en evoluciones de mayor sutileza… aunque aún pueden estar para llegar sus realizaciones más importantes, eso que se llama la obra madura de un creador.


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   89- SÍNTESIS:
Cuando cooperan mi voluntad interior y mi intuición inspiradora, tomo real posesión de mis potencialidades de realización.

 -… Llegamos al momento en que, como resumen de lo aprendido a lo largo de toda tu caminada anterior y consultando antes con tu muerte, con tu amor y con tu alma –sugirió Donnon-, vas ahora a escribir sobre una piedra, en la estación 89, una breve frase síntesis de la misión y tarea esencial que represente lo más importante que has venido a hacer a esta vida, para recordar que debes dedicarte fundamentalmente a ellas, sin dispersarte, hasta los setenta años, si los llegaste a vivir”.-











31- EL VINO


Arron hizo el gesto de quien empina el codo para beber, guiñó el ojo para Orfeo y dijo:

-Si algún dios ha triunfado en el mundo entero, compañero, ese es Dionisio, amigo mío: durante muchos años yo me dediqué a transportar ánforas de vino cretense por el mar y esa era una mercancía que en ninguna parte dejó de ser debidamente apreciada y que me ha servido para ganarme la amistad de tribus enteras de bárbaros.

Las uvas tienen una larga historia: En Oriente se dice que vinieron de aquel poderoso y culto reino de la antiguedad que se hundió bajo un diluvio o un maremoto. Parece que algunos de sus marinos supervivientes lograron desembarcar en una montaña del Cáucaso, igual que nuestros Decaulión y Pirra en el Parnaso, y lo primero que hicieron en cuanto pudieron tocar tierra firme fue plantar una viña, cosechar, hacer vino y beberlo, para recuperar la alegría, tras haber sido testigos de la muerte de todo el mundo que conocían. Los vates griegos, por su parte, dicen que Decaulión era hermano de Ariadna de Creta, hija de Minos, quien, cuando Teseo de Atenas la abandonó en Naxos, se emparejó con Dionisio, quien llevó a toda parte la cultura del vino.

El caso es que a los pocos años de la última gran catástrofe, las uvas ya crecían salvajes en la costa sur del Mar Negro; a través de Asia Menor y Palestina, se extendió su cultivo hasta Egipto y todo el norte de Africa, desde allí pasó a Creta, donde la hermandad de los hombres-cabra, los Hijos de Pan, se encargaba de elaborarlo, por eso Baco siempre se representa rodeado de sátiros. Los cretenses lo llevaron, por oriente, hasta Persia y la India... y por occidente, las naves jonias (y yo tuve el honor de ser mensajero de Dionisio en esa misión), hasta el remoto litoral de los Oestrymnios del Norte, donde desplazó a la rubia cerveza.-

-No consiguió desplazarla en Tracia... –contestó Orfeo sonriendo- Allí, como en Frigia, las orgías dionisíacas de las ménades continúan haciéndose con cerveza elaborada por la hermandad de los centauros. Por cierto que el centauro Quirón de Ptía conocía un preparado alcohólico muy antiguo, a base de cerveza de abeto mezclada con hiedra y endulzada con aguamiel, del que se dice que es el néctar que toman los dioses en sus fiestas del Olimpo.

-No me fío nada de esas recetas demasiado antiguas- dijo Arron-, desde que me enteré de que el tal néctar de Zeus no pasaba de ser una elemental aguamiel tostada y que la famosa Ambrosía, el alimento del que se dice que daba inmortalidad a los dioses, no era más que unas gachas de cebada, aceite y frutas troceadas... Claro que eso ocurría en una época en la que los hombres sólo subsistían de asfódelos, malvas y bellotas...-

Orfeo sabía, por Quirón y por Eleusis, que todos aquellos componentes de la Ambrosía que el comandante citaba componían, con sus letras iniciales juntas, la palabra “hongo” en griego, y que la ingestión ritual de hongos enteógenos era la llave que las antiguas chamanas matriarcales y los hombres-centauros del monte Pelión habían descubierto, en los bosques o entre el estiércol de los caballos, para conocer a los dioses. …Aunque era algo sobre lo que había jurado guardar secreto iniciático total.

Arron iba a seguir hablando, pero el timonel gritó desde su puesto, para todos, que ya se comenzaba a divisar la mole rugidora y los humeantes exabruptos del volcán Etna de Sicilia en el horizonte occidental.



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LABERINTO PERSONALIZADO. 56 a 63 años:


A los 56 años se acabó el primer período de la edad madura y se inaugura el segundo de los tres. Madurecer significa dar frutos. Al entrar en esa edad, un ser evolutivo ya tiene que estar dando frutos de cierta sutileza… aunque aún pueden estar para llegar sus realizaciones más importantes, eso que se llama la obra madura de un creador. ……………………………………………………………………………… LABERINTO PERSONALIZADO. Breve frase síntesis de la misión y tarea esencial que elegí, para dedicarme a ella hasta los 70 años, si los llegase a vivir:

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Donnon añadió, por su parte, que mi salto evolutivo sería un verdadero salto a lo más alto de mí si, en lugar de seguir intentando trazar por mi cuenta mis planos personales de vida en la ignorancia, renunciaba a la soberanía de mi libre albedrío y me entregaba incondicionalmente a ayudar a cumplir el Plan Evolutivo del Creador para este ciclo de toda la Humanidad… Si yo quisiese conseguirlo, tendría que dejar totalmente a un lado el instinto, el deseo, las sensaciones, la pasión, la emoción y el intelecto, y sólo guiarme por las intuiciones sutiles de la parte más femenina de mi Alma, aceptar que todo cuanto ocurre en su vida es el resultado y la cosecha de cuanto nuestra concentrada atención sembró anteriormente para nosotros mismos. Por tanto, parece razonable renunciar a seguir sembrando para uno mismo y a cualquier plano y proyecto personal y entregarse al Plan Divino, rogándole a su Ideador que nos permita entender de qué manera debemos servirle.




     -…Ahora habrás de ocuparte –dijo el instructor, después de leer la frase que expresaba la síntesis de lo más importante de lo vivido por Orfeo-, si quieres seguir, de los ciclos de tu vida que todavía no has vivido, a partir de la etapa del camino que se corresponde con el inicio del ciclo de siete años en el que se inserta tu edad presente, hasta un final hipotético, a los setenta años, en la estación 109… Aunque llegases a vivir más, considéralo un presente de los dioses para dejar, atrás de ti, algo de tu mejor experiencia que pueda orientar la caminada de quienes vienen atrás.
     ...Como se trata de períodos de tu vida posible que aún no conoces, tendrás que representarlos en lo que queda del sendero tal como te gustaría vivirlos, lo cual es una manera de trazar tu propio destino y de comprometerte con él.




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32- SICILIA


Era un coloso altísimo, el volcán más elevado y activo de Europa, decían, con su base extendiéndose sobre toda la mitad nordeste de la isla y con la cumbre cubierta de nieves perpetuas, de la que salía humo continuamente, a veces con suavidad, a veces acompañado de pavorosas explosiones

-Está en erupción ahora mismo? -preguntó Orfeo.

-No, no, este es su estado normal desde que los hombres de nuestra raza lo recuerdan, tranquilo pero bastante vivo –respondió Arron-, la última erupción fue hace doscientos años y eso sí que daba miedo, según se cuenta. Sin embargo los habitantes de un pueblo que hay a sus pies, siguen ahí desde siempre y no se van. La primera vez que yo pasé por aquí casi anochecía y estaba arrojando tales emisiones de colada de lava por los cuatro cráteres de su cima, que nos volvimos, aterrados, porque parecía que hasta el mar estaba ardiendo.

Pero luego supimos que eso sólo indica que los fantasmas de los cíclopes que Apolo mató, para vengar a su hijo Asclepio, siguen realizando su actividad habitual ahí dentro. Nada de lo que alarmarse, Orfeo, aunque los sabios dicen que se vuelven cada año más violentos... quien sabe si algún día el pavoroso gigante Tifón, que intentó vengar la derrota de los titanes, y al que también Zeus mismo venció y encerró ahí abajo, se escapará de su prisión y volverá este mundo del revés, como dicen que acontece cada venticinco mil años.

...Observa bien donde te estoy señalando: de aquel lado de las faldas del Etna hay un precipicio, el acantilado de Cíane, lo tienen como sagrado, ya que se dice que lo abrió Hades cuando raptó a la doncella Core, hija de la diosa Démeter, para bajarla al Mundo Inferior en su carro de negros corceles, donde ahora reina junto a él con el nombre de Perséfone.-

-¿Se podrá descender a los Infiernos por ese acantilado, comandante? –preguntó Orfeo con gran interés.

-Ni hablar, esa grieta está cegada por la lava de las últimas erupciones; hay algunas más en otros puntos del volcán que aún están abiertas, pero no se puede introducir nadie sin asfixiarse o quemarse inmediatamente... En cualquier caso, estas cosas tan especiales que Sicilia tiene hicieron que nadie, sino los fenicios, se atreviese a colonizarla durante mucho tiempo.

-¿Entonces está vacía de griegos?

-No, no, un día un tal Teocles fue arrojado ahí por una tormenta y no encontró cíclopes enormes de un solo ojo, sino pastores muy pacíficos que vivían en un lugar muy fértil. Así que volvió a Grecia, trajo gente civilizada y fundó Naxos. Si todo va bien, esta noche dormiremos en ese puerto.

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LABERINTO PERSONALIZADO. 63 a 70 años:


     -A los 63 años se acabó el segundo período de la edad madura y se inaugura el tercero y último antes de la ancianidad (aunque es posible que en épocas futuras se pueda hablar de primera y segunda ancianidad).

     Al entrar en esa edad, un ser evolutivo ya tiene que estar perfeccionando sus realizaciones terrenales más importantes, eso que se llama la obra madura de un creador, destinada a servir a los que vienen detrás. A los 70 o antes, si es posible, cualquier obra material que se haya objetivado ya debería estar terminada, aunque el trabajo evolutivo siga desarrollándose en planos más sutiles que los materiales.

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   92- RECICLAJE:
Acabar de digerir lo últimamente asimilado, liberarme una vez más de lo que no es mío y ordenar y aprontar calmamente mis poderes personales

-Ahora puedes escribir sobre una piedra, en la estación 92, “Reciclaje”, una sola palabra clave –dijo el nerio-, luego de consultar con tu muerte, con tu amor y con tu alma, que te recuerde cómo quieres vivir después de los 70 años y después de cumplida tu misión y tarea esencial, si llegases al triunfo de vivir ese cumplimiento.-












33- LAS SIRENAS


La mágica manera de cantar y tocar de Orfeo y la fuerza de su sentimiento no sólo animó, cautivó y entretuvo a los marineros tirsenos, lidios y focenses que iban con él, todos hombres libres, sino que también contribuyó a salvarlos de perecer ahogados en el peligroso estrecho que separa Italia y Sicilia, abundante en sirenas, según se decía.

Se pasaba de barco a barco entre los marinos en Naxos la noticia de la muerte, hacía años, de seis hombres-centauro, procedentes de Ptía quienes, habiendo huido en una nave de la persecución de Hércules tras un combate terrible, acabaron siendo devorados por las rompientes, contra las que se arrojaron, enloquecidos por los cánticos que oían obsesivamente en sus cabezas, según relataban los dos únicos supervivientes.

Aquellas noticias venían acompañadas de una tristísima nueva para el bardo: su maestro, el centauro Quirón, que era inmortal, ya no vivía más. Pero él sabía que no era verdad, como algunos contaban, que hubiera sido atravesado por una flecha de su discípulo Hércules, quien lo amaba entrañablemente.

-¿Cómo es posible que un inmortal como Quirón, hijo de Cronos, haya muerto...? –se preguntaban todos. -Sólo porque él mismo escogió, divinamente, renunciar a la vida –contestaban otros.

La verdad era que Hércules le había rozado, sin querer, con una flecha dirigida a otro arquero, cuando Quirón se metió por el medio tratando de detener una pelea entre el coloso y un grupo de exaltados centauros de su clan. Era una herida muy leve, pero la flecha estaba envenenada por la sangre de la Hidra de Lerna, y Quirón sufrió tanto durante varios años, sin que su enorme conocimiento médico pudiese aliviarlo, que hacía unos días había cambiado a Zeus su inmortalidad por la mortalidad de Prometeo, bendito padre de los hombres actuales, para librarse del incesante dolor que le carcomía.

Se decía que Hércules, que desencadenó a Prometeo de su castigo en el Cáucaso y que por toda parte buscó y experimentó remedios para su sabio mentor centauro durante mucho tiempo sin que ninguno realmente sirviera, estaba tan desconsolado por su tremendo error que pidió morir en lugar de Quirón. El viejo maestro no lo aceptó, dijo que no estaba mal un viaje por otras dimensiones y dejó para siempre su fructífera manifestación en ésta vida, durante la cual tantos héroes había formado.


Pero Orfeo tuvo que apartar a un lado su nostalgia para concentrarse en ayudar a su gente a pasar la parte más angosta del estrecho de Scylla sin irse a pique. La manera, como ya había aprendido durante la navegación con los argonautas, era mantener absorta la atención de su tripulación para que no se viesen afectados por los cantos de fascinio de las mortales provocadoras de naufragios.

Los islotes aparecieron de repente a la vista, entre las agitadas olas, con sus cumbres peñascosas plagadas de numerosísimas bandadas de blancas aves, que alzaron el vuelo sobre ellos al divisarles y que llenaron el aire, alrededor de la nave, de una espantosa algarabía. El bardo sabía que, a poco que los remeros comenzaran a dejarse obsesionar por ella, empezarían a imaginarse que aquellos grandes pajarracos, que por todas partes se colaban, tenían cabeza de mujer y cantaban, y se adormecerían con la dulzura y la sensualidad de unos cánticos que no eran más que una ilusión de la mente.

Cualquier descuido en medio de aquel archipiélago semisumergido de erizadas rocas les haría quebrar el casco contra ellas y servir de machacado pasto a los voraces buitres marinos y a los peces.

Como lo más importante era mantener la tranquilidad y la sincronía de las bogadas, Orfeo recurrió a las más jocosas y marchosas canciones marineras, las que tenían estribillos divertidos que todos los remeros sabían corear, en los momentos en los que era preciso un esfuerzo muscular mayor para salvar una línea de escollos. Las alternaba con dulces cánticos tranquilizantes que sólo cantaba él, con voz de tenor, en los espacios sin peligro, para que la tripulación se relajase y estuviese atenta al coro en el siguiente momento duro. Los estribillos colectivos remataban en una estruendosa exclamación que asustaba a los buitres y cernícalos y que hacía que, por unos momentos, se separaran del barco, disminuyendo su acoso.

De esa forma y siguiendo esos ritmos, las tres naves, con la “Tursha” abriendo y marcando el camino y el ritmo a las demás, consiguieron superar el promontorio Pelorus y la plaga de pajarracos marinos, que fueron retornando a sus rocas. Al cabo de un rato, pudieron alzar de nuevo las velas para aprovechar un cálido viento del sur que les ayudó a remontar la costa de Calabria.

Orfeo dejó de cantar, los remeros pudieron descansar entonces y lo primero que hicieron fue una larga ovación en honor de su bardo, que les había sabido mantener bien coordinados y atentos durante aquella pesadilla.

La leyenda de las sirenas venía de mitologías muy antiguas, que las hacían servidoras de la Diosa de la Muerte, quien las enviaba a recoger las almas de los náufragos para llevarlas al Ultramundo. Los marinos eran muy supersticiosos y con sólo ver cerca del barco una bandada de cernícalos marinos, les parecía una señal de tan mal agüero, que facilmente entraban en pánico en el momento en que más sangre fría y sincronía se necesitaba.



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LABERINTO PERSONALIZADO. Breve frase síntesis de la misión y tarea esencial que elegí, para dedicarme a ella hasta los 70 años, si los llegase a vivir:

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     -…Ahora habrás de ocuparte –dijo el instructor, después de leer la frase que expresaba la síntesis de lo más importante de lo vivido por Orfeo-, si quieres seguir, de los ciclos de tu vida que todavía no has vivido, a partir de la etapa del camino que se corresponde con el inicio del ciclo de siete años en el que se inserta tu edad presente, hasta un final hipotético, a los setenta años, en la estación 109… Aunque llegases a vivir más, considéralo un presente de los dioses para dejar, atrás de ti, algo de tu mejor experiencia que pueda orientar la caminada de quienes vienen atrás.
     ...Como se trata de períodos de tu vida posible que aún no conoces, tendrás que representarlos en lo que queda del sendero tal como te gustaría vivirlos, lo cual es una manera de trazar tu propio destino y de comprometerte con él.

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